martes, 1 de enero de 2013

Te voy a comer...

...Y no te voy a dejar un resquicio al descubierto.

No tamizaré mis besos con tu tostado terciopelo, todo se hará sin barreras, sin guantes, a corazón abierto y sin cabeza.

No recorreré un centímetro de tu cuerpo sin que tus ganas se enteren. Quiero dejar en evidencia cada vello, cada historia escondida, desollando los humores y las dentelladas de tu vida. Puedo y necesito podar la  mala hierba que tienes sin arrancar, sembrando mi apetito en cada rincón de tu piel, en cada metro cúbico de tu saliva, en los sístole y diástole de tu corazón y en el infatigable ritmo de tu respiración. 

No me interesan tus años de ayer, ni los de un futuro incierto, solo quiero probarte cada mañana, mientras arremolino tu pelo, acaricio tus pechos bajo el pijama y damos los buenos días al mundo follando con ganas. Porque no me quiero perder cómo te lavas los dientes frente al espejo, ni cómo sales de la ducha protestando por el frío, mientras entro y apago las corrientes del viento. Y quiero estar presente siempre, en todo momento, cuidando de cada postura de tus cabellos, sorprendiéndote en la cafetería de la esquina, abrazándote cuando contestas al teléfono...

No quiero perderme ni un segundo de ti, porque ya estoy harto de estar sentado en los bancos del pretérito perfecto. Enséñame a ser tu presente simple. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario