Es tan simple como decir que eres Guapa. No digo estas
palabras por escribirlas sin más, sino porque es así, y punto. Y lo
eres por tu piel tan suave, por tu pelo descolocado, tu culo como una
ciruela, tan bien puesto, y tu naricilla. Y todo eso me vuelve loco.
Es tan simple como decir que eres Preciosa. Te escribo
con el corazón, con la cabeza y con el gusto. Me encantan tus
gestos, cuando guiñas el ojo izquierdo y luego el derecho. Tus
curvas almendradas, tus manos de pianista y tu cuello despejado,
masticable.
Es tan simple como decir que eres Linda. Espero
describirte con naturalidad, sin los culteranismos que tanto
detestas. Me gustas, me apasionan tus labios rojos después
de besos en la calle, en el coche, en el parque. Cuando recitas me
desarmas, cuando comes eres tan adorable... y tan encantadora cuando
te explicas, cuando me escuchas y enseñas lo que sabes.
Es tan simple como decir que eres Sexy. Por todo lo
anterior, y por tus impulsos calmados, tus ansias acaloradas cuando
te acaloro. Tus mofletes son colorados, irresistibles, maduros y
besables.
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