lunes, 13 de agosto de 2012

Palabras trucadas, corazón ingenuo.

No quiero obligar a tus labios a un artificio,
 ni a que me den agua de pozo creyendo que es el mar.

No quiero que mis ojos vean la desidia y las palabras huecas
creyendo que son impulsos eléctricos de tu corazón.

No quiero despertarme con los ojos pegados, lavarlos con tus noticias
y que se vuelvan a llenar de legañas.

Quiero saber de ti, de veras, como las nuevas que no se esperan desde
hace más de un año, y llegan para mariposear tu barriga.

Quiero que normalices tus instintos, pero que sepas penetrar en los
míos, que no se te quede el amor en el tintero, seco y enquistado.

Quiero que mi necesidad sea suficiente para ti. Ojalá te des cuenta y desatasques
mis dudas, ahora, a menudo y no esperes a que llegue un después irremediable.

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