miércoles, 6 de marzo de 2013

Viajándote...

Me conformo con sentarme contigo en un simple banco de la plaza, de una ciudad cualquiera, de un rincón desconocido del mundo. Pero...
También podemos seguir el rastro que deja el olor a chocolate por la Rue Dèville, corriendo hacia abajo, con la gula pintada en los ojos y probándote en cada crèpe. Pero la calle no termina donde la esquina se tuerce y aparece un nuevo número,  finaliza en otra historia vivida, en los besos que me robaste, en el damero geográfico de tu boca. 

Y son tus caderas las que me indican el sur, para retorcerme y llegar al norte, por este y aquel camino, dominando, palmípedo y ensordecido, cada rincón de tus montañas y llanuras. Revolcándonos por los campos morados del sol de la Provenza, mojados por dentro y por fuera, embarrados entre abrazos, conquistando las orillas del Garona. 

Ahora sosegados, dejando que la respiración se calme, bebemos de aquel vino de antaño. Y te libo a cada sorbo, ahogándome entre las comisuras de tus labios mientras elevamos el ritmo de nuestros movimientos, alcanzando mutuamente los escondidos puntos cardinales de los cuerpos, sintiendo cada paralelo y meridiano de lo que somos. 

2 comentarios:

  1. Nada como viajar... para no perder los puntos cardinales!!!!!

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  2. Siempre, un viaje con imaginación y sentido de la aventura :)

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